Entre las actividades que decidí conservar este año fue mi círculo de lectoras. No es un grupo abierto al público sino un espacio de amigas que, antes de que yo las conociera, ya compartían la sociabilidad entre ellas. Me llamaron un día para proponerme coordinar las sesiones del círculo cada mes y así llegué de "intrusa" a su grupo. Por supuesto, nos hemos decantado por la novela, que es el género que más engancha en este tipo de círculos (yo creo). Ya antes había coordinado otra reunión de mujeres, aunque la experiencia no resultó del todo bien. Aún así, tengo buenos recuerdos de aquel grupo. En plena cuarentena por el Covid la organizadora decidió que regresáramos a la actividad, que siempre fue presencial, utilizando la ahora famosa plataforma Zoom. Me ha gustado el cambio. En medio del aislamiento, me ha dado un estímulo para mantener la corrección del lenguaje que obliga cualquier posición de maestro. Extrañaba eso. Tener esa responsabilidad de guiar una discusión. ...