Apenas que se estaba poniendo buena la cosa...



Tres rosas amarillas,seguida en muy muy poco por Catedral, es la mejor obra de Carver. Relatos más extensos, con mayores recursos literarios, juegos (descubrí de dónde tomó Bolaño sus descripciones disyuntivas), reflexiones sobre el propio lenguaje utilizado al narrar, finales nada sorprendentes que anulan por completo la idea clásica de que el cuento es un enigma a resolver. En definitiva, la mejor muestra que hasta ahora conozco de los alcances del relato moderno y minimalista. Recomiendo ampliamente este libro. Aunque ya los fans de Carver deberían intuir lo absolutamente pedagógico que resulta ver cómo evoluciona el autor desde los relatos ríspidos de De qué hablamos cuando hablamos de amor. Para los que narramos es un gran consuelo saber que un maestro como Carver, en sus inicios, también tenía sus fallas técnicas ; )

No quiero dejar este comentario sin señalar los textos (a mi muy apasionado juicio) imprescindibles de Ray Carver y diseminados a lo largo de sus cinco libros de relatos:
 

Belvedere
Después de los texanos
Tanta agua tan cerca de casa
Plumas
La casa de chef
Cajas
Intimidad

Siete magníficos, oh! y casualmente también del oeste norteamericano ; )

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