Recuerdo regresar a la ciudad
un día cualquiera

las luces tempranas de algunos edificios
parecían las únicas estrellas

mi amiga Perla manejaba
como a 180 kilómetros la hora
y el freeway era realmente
el único camino libre que ella y yo
podíamos recorrer

más allá estaba el hogar
en algún punto distante
(pero lo bastante cercano para que ni ella
ni yo lográramos perderlo)

pero en el momento que yo recuerdo
la aparente lejanía de la ciudad
era una gran invitación abierta

 

Entradas populares de este blog

La breve vida feliz de Francis Macomber

Reconstrucción de “El mimetismo y el hombre: la ambivalencia del discurso colonial” de Homi K. Bhabha en El lugar de la cultura, por Elizabeth Villa, corchetes míos.

Moses Lake