Dejaré abierta esta luz de mi corazón
no correré las llaves de la puerta
por la que yo te invito a entrar
y tú entras
a jugar un juego de mesa
juego de manos
en el que tú te enlazas
como una cuerda
de nudo apretado
y yo doy un golpe de dados
para indicarte que avances
dos sitios
y regreses dos más
y te quedes quieto
justo aquí
frente a mis ojos
para que yo pueda ver 
tranquilamente tu cara.


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