Me asomo a la ventana de la noche. El espacio tranquilo se ilumina débilmente. En algún lugar alguien lanza una luz para que otro de alguna manera le encuentre.

Cierro los ojos. De pronto eres tú una muchacha que ríe y luego hace un movimiento que revela todos sus gestos de muchacha.

Manejo con la vista fija en ningún punto. Ahora eres tú en bicicleta. Eres un hombre joven o que ha conservado en su cuerpo los gestos de un joven. Ríes. Y te dejas llevar por el impulso de la bici.



Alguien. En algún lugar. Todavía dentro de nosotros.  

Entradas populares de este blog

Reconstrucción de “El mimetismo y el hombre: la ambivalencia del discurso colonial” de Homi K. Bhabha en El lugar de la cultura, por Elizabeth Villa, corchetes míos.

La breve vida feliz de Francis Macomber

La Perla de John Steinbeck