Dormir


Tan simple como dormir bien. Dormir nueve horas. Tan simple como hacer lo que amas. Escribir, leer, investigar. Tan simple como estar con quien amas. Amigos, familia. Tan simple como cortar, como dejar ir, como vaciar. Como cambiar la bolsa de la basura. Como llenarla con nuevas cosas. Pero ahora medidas. Tan simple como cocinar para hacerle un bien a nuestro cuerpo. A un cuerpo nuevo. Uno, al que no obligaremos de nuevo a someterlo. No más callar ese ruido de niño que brota de tu costado izquierdo. Abre a la luz. Contémplalo todo. Como si fuera desde siempre, como si hubiera sido desde siempre tuyo.

Entradas populares de este blog

La breve vida feliz de Francis Macomber

Reconstrucción de “El mimetismo y el hombre: la ambivalencia del discurso colonial” de Homi K. Bhabha en El lugar de la cultura, por Elizabeth Villa, corchetes míos.

Moses Lake