Esa sensación de...

Hace unos meses escribía en un diario que llevo (porque tengo una escritura oculta, que nunca sale a la luz), escribía en ese diario que necesitaba encerrarme de nuevo un tiempo para escribir. Pero con tanto trabajo y que me encanta meterme en camisas ajenas y pequeñas, ¿de dónde iba a sacar tiempo para hacerlo? De febrero para acá decidí renunciar a un trabajo que a veces me implicaba más trabajo. Dejé mis clases de los sábados y todas esas buenas relaciones y charlas que de ahí surgían. Y "afortunadamente" no he conseguido un rol de tiempo completo como profesora. Tampoco me invitaron a la organización de la FLT esta vez. Entonces, súbitamente, empezó a haber tiempo por ahí. Tiempo suelto. Ya logré conseguir una chica que me apoya en algunos trabajos de investigación y eso es algo bueno porque no quiero dejar de investigar nunca. Pero ¿y el tiempo para la escritura?
Odio esa sensación de empezar a escribir algo y dejarlo porque las vacaciones se terminan. Puff, ese abrupto retorno a la realidad me planta tan pesadamente sobre la condición material que vivo. Qué diablos!!!
Apenas empezaba a disfrutar de estas pequeñas libertades ganadas cuando nos informaron que debíamos dejar las clases para recluirnos en casa y ayudar a mitigar la pandemia por Covid. ¿Ahí llegó mi tiempo libre? Para nada. Los sistemas educativos nos empujaron a transformar los cursos presenciales a la modalidad a distancia. Bonito tiempo es el que hay que invertir para transformar las clases a este nuevo formato. ¿Tiempo libre en casa? Nada qué ver. Al contrario: asesorías, llamadas de padres, citas en zoom, en meet, en blackboard. Por todos lados atender a personas, dar instrucciones, crear videos, transcribir instrucciones. De pronto quiero decir "traducir instrucciones", porque trasmitir lo que queremos decir en persona a lo que logramos decir en texto es otra cosa. 
Ahora, desde este día, he empezado a sentir que el tiempo que necesito ya está instalado desde hace rato, pero que no he logrado administrarlo. Por supuesto, las horas de sueño que me tenía atrasadas ya me las cobré. Y mucho del tiempo que pude tener libre en medio de tantas tareas a distancia me parece que me lo comí entre tantas dormidas, que no lamento. 
Hoy me queda esta sensación de que el tiempo está aquí. Pero que me estoy haciendo pendeja. Es cierto que hay tres proyectos de escritura en mi mesa, creo que solo tengo que elegir. O tomar las tres y organizarlas por momentos o clavarme en una sola (como lo hice con la tesis doctoral) hasta enloquecer. Cualquiera que decida estoy segura que tengo esta apertura de tiempo y espacio. Y solo hay que organizarlo. 

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