Encuentros

Esta semana se han concretado tres invitaciones de parte de colegas mujeres talentosas para que participe en sus proyectos. A las tres les he dicho que sí, pues todas las invitaciones tienen que ver con mi trabajo de investigación, el anterior y el que realizo actualmente. Sigo trabajando, después de unos nueves meses de cuestionarme para qué tanta actividad malpagada que solo me provoca desvelos y malasatenciones a mi familia y mi cuerpo. Dejé dos trabajos y mi columna de opinión por cansancio, no de las actividades sino cansancio de mi organismo. En esos meses me puse a leer y a crear literatura y a vigilar mi alimentación. También procuré estar más cerca de mi familia y esposo. Es difícil, sin un ejército de ayudantes, sostener todas las ilusiones que hacen realidad esta vida. Por momentos, como hace unas cinco semanas, mi alma entra en desespere. El desaliento me agobia. No veo avanzar nada. Pero, debo reconocer ahora, que ese tiempo dedicado al relax, en el que se han ralentizado mis ambiciones, lo he disfrutado completamente. Me he mostrado compasiva conmigo misma y me he perdonado no ser la personalidad triunfadora que alguna vez configuré ingenuamente. Soy real, y eso implica que a veces no consiga que mis proyectos se logren. Que no doy clases perfectas y que para los jueves ya no doy una. Lo reconozco y no me juzgo, trato de seguir adelante. Dar pasos quizá menos grandes, y descansar. Aunque también disfrutar de lo que sí he conseguido. La confianza de estas tres colegas, por ejemplo, para participar de sus proyectos. 



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