Eso que llaman equilibrio y "madurez"
Qué fantástica es la vida, lo digo a esta edad. Tiene todo aquello que imaginamos y un pilón de más.
Queremos amar, y no contamos con que también otros nos amarán. Queremos una profesión y encontramos un sentido para trabajar, para esforzarnos, incluso para frustrarnos un poco. Todo aquello que viene trae su partida doble; tiene su parte de recompensa, pero también de dolor y aprendizaje. A veces llega primero lo mejor y otras veces hemos de cargar con la parte doliente, por mucho tiempo, sin que entonces comprendamos que esa dificultad viene disfrazada de embrollo porque después entenderemos el aprendizaje que trae dentro.
Es como una película extensa (pero debiera decir novela), con múltiples
tramas de las que no sabemos su finalidad, pero lo que importa es vivirlas
mientras están ocurriendo, porque incluso después extrañaremos esas penas
porque representaban nuestra inocencia ante el mundo. Porque cuando ya no duele
nada, o duele cada vez menos, también se pierde un tanto de la intensidad emocional
que traen las incertidumbres. Se pierde ese apasionamiento que nos hace sentir
profundamente lo injusto, la carencia, la dificultad, la soledad.
Sin que nos demos apenas cuenta, el equilibrio
y la madurez llegan para revelarnos otra forma de vivir la vida, que es
agradeciendo cada instante y compartiendo lo mejor de nosotros para con los
otros.