Frutos del tiempo
En
1965, en la ciudad de Tijuana, un grupo heterogéneo de hombres y mujeres creó
una organización para determinarse a sí mismos como escritores. Bajo la
nomenclatura de Asociación de Escritores de Baja California manifestaron que
los objetivos de su constitución obedecían a la necesidad de dar a conocer la
capacidad intelectual que hasta ese momento habían conseguido alcanzar los
bajacalifornianos. Su primer asamblea consiguió reunir a más de cien individuos
relacionados con el oficio de la escritura, treinta obras publicadas y treinta
y siete más inéditas. El periplo que siguió a esta primera reunión llevó el
curso de una serie de jornadas y encuentros mediante los cuales consiguieron
reconocerse unos a otros pero también desarrollar una conciencia de sí mismos
como creadores vinculados a un compromiso social. La Asociación de Escritores −en su breve y feliz existencia− puede considerarse como el
nacimiento de la vida literaria en Baja California como posibilidad.