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I never saw a wild thing sorry for itself. A small bird will drop frozen dead from a bough without ever having felt sorry for itself.  D.H. Lawrence

Escribiendo el currículum. Wislawa Szymborska.

  ¿Qué hay que hacer? Presentar una instancia y adjuntar el curriculum.   Sea cual fuere el tiempo de una vida el curriculum debe ser breve.   Se ruega ser conciso y seleccionar los datos, convertir paisajes en direcciones y recuerdos confusos en fechas concretas.   De todos los amores basta con el conyugal, los hijos: sólo los nacidos.   Importa quién te conoce, no a quiénes conozcas. Viajes, sólo al extranjero. Militancia en qué, pero no por qué. Condecoraciones sin mencionar a qué méritos. Escribe como si jamás hubieras dialogado contigo mismo y hubieras impuesto entre tú y tú la debida distancia.   Deja en blanco perros, gatos y pájaros, bagatelas cargadas de recuerdos, amigos y sueños.   Importa el precio, no el valor. Interesa el título, no el contenido. El número del calzado, no hacia dónde va quien se supone que eres. Adjuntar una fotografía con la oreja visible: lo que cuenta es su form...

Nos quedó bien el seminario

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Escritura, literatura y vida

Hace poco me invitaron a participar en un libro en donde se compilaron testimonios de autores y autoras sobre su experiencia y formación lectora. Gracias al librero y editor Raúl Pérez Rojas, quien me animó a participar (tres días antes del cierre de la convocatoria, así es esto). Acá va el textito que aporté.  Escritura, literatura y vida Las mil y una noches es el libro al que le debo mi vocación por la literatura. Creo haber tenido entre seis o siete años cuando, por primera vez, me adentré en sus páginas. El volumen lo consulté en la biblioteca pública Ignacio Zaragoza, muy cercana al conjunto habitacional en donde vivíamos. El recuerdo viene a mi memoria, apenas vago, pero la impresión que guardo de aquella experiencia es muy profunda. Apenas llevaría algunas hojas revisadas cuando una de mis hermanas mayores me llamó para irnos de regreso a casa. Andábamos de paseo rutinario, un poco como niñas salvajes, por las calles del centro de la ciudad, libres de nuestros padres por u...

Gloria Anzaldúa: A women lies buried under me

Una mujer yace enterrada bajo de mí, sepultada por siglos, presuntamente muerta. Una mujer yace enterrada bajo de mí. Oigo su suave susurro, el roce áspero de su piel de pergamino luchando contra los pliegues de su mortaja. Sus ojos están perforados por agujas, sus párpados, dos polillas que aletean. Una mujer yace enterrada bajo de mí, temerosa de despertar, temerosa de enfrentar los óvalos sin ojos de rostros íntimos. Y elige. Una mujer yace enterrada bajo de mí, soñando que camina sobre los cuernos de la luna y despierta al pie de su puente. Una mujer yace enterrada bajo de mí. Vestida de negro la luna derrama su luz— una frágil piel de serpiente rozando mi rostro. Una mujer yace enterrada bajo de mí. Oigo su suave susurro, el crujido de sus alas de pergamino luchando contra los pliegues de mi mortaja. Una mujer yace enterrada bajo de mí. Emerjo cubierta de barro. Ramitas caen de mis ojos. Me levanto, huelo cada flor, toco las cuatro esquinas y los árboles en llamas. En mis propias ...

Presentación Editorial: Archivo de Fanzines de Aguascalientes en Feria del Libro Antiguo y de Ocasión (Tijuana, 2022).

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La (nueva) vida con la letra M

Desde después de la pandemia (2020-2022) he tenido terror auténtico de leer mis evaluaciones como profesora en la universidad. Terror genuino. Miedo de leer y derrumbarme sobre mis cenizas de profesora distinguida y precarizada. Las generaciones que vinieron después y durante el COVID me parecieron tan complejas de tratar y educar, que yo misma sentía que mi vocación para la docencia de la literatura se había acabado, había llegado a su fin.  Pero el nuevo descubrimiento de mi parte (al atreverme, por fin a abrir los archivos de las evaluaciones) es que aún sigo siendo una profesora estimada, quizá no tanto como lo fui los primeros diez años de mi inserción al mundo académico superior, pero al fin sigo siendo alguien en quien los estudiantes siguen creyendo. Eso más o menos dicen sus comentarios.  En cambio, el verdadero descubrimiento fue darme cuenta que he llegado a la menopausia, y que ese acontecimiento es el que estuvo detrás de lo que yo creí era simple cansancio, dolor...