Del capital simbólico, según Bourdieu.



El campo intelectual, así como los diferentes subconjuntos de la producción cultural docta, es a la vez un espacio de competencia y de disputa. ¿Cuál es el objeto de estas querellas? La definición de la cultura legítima (...) De ahí los términos que Bourdieu suele emplear para designar las posiciones de los actores en pugna: dominantes y aspirantes, "establecidos" y "recién llegados", ortodoxia y heterodoxia, sacerdotes y profetas, etc. 
No todos tienen el mismo poder para definir la cultura legítima, un poder que depende del capital simbólico (o prestigio, autoridad, reconocimiento social) ligado a cada posición.

Carlos Altamirano, Intelectuales: notas de investigación sobre una tribu inquieta. Siglo veintiuno editores.

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