Diario de mis sueños I
En el sueño soy joven de nuevo. Me veo contenta. Tengo ropa suelta, pero me queda bien. Es una falda y una camisa de botones, como de oficina, pero no tan formal. Estoy, precisamente, en una oficina. Me siento ante el escritorio y me doy cuenta que es un escritorio antiguo, como aquellos que tenían una tabla debajo para colocar el teclado de la computadora. Deslizo el teclado hacia afuera, es corredizo, y me doy cuenta que tiene mi nombre escrito en un papel, pegado con tape transparente. Me sorprendo con gusto, porque sé que se trata de mi escritorio antiguo, de cuando yo era joven. Que alguien lo ha puesto ahí de nuevo. Me siento ante el escritorio dispuesta para la faena contable, porque sé que estoy de nuevo en un departamento de contabilidad (este sueño ya lo he tenido muchas veces antes), pero esta vez no lo lamento. Es más, me da gusto regresar a ese antiguo trabajo, porque vuelvo a ser joven y a tener ilusiones, así lo siento en el sueño. De pronto aparecen dos hombres. S...