Hoy, en medio de una reunión familiar, mi sobrina soltó la nueva de que desea estudiar la carrera de literatura. Casi me voy de espaldas, pues aunque sé que es una jovencita dedicada, estudiosa y muy sensible, no pensé que fuera a inclinarse hacia esta disciplina que no es el mejor ejemplo de superación que existe en mi familia. Una habla a veces por el miedo; porque si se tratara de un estudiante mío de secundaria o de algún dudoso alumno de la carrera de literatura, en la que imparto clases, pues creo que lo animaría a seguir, sin sentir para nada esa responsabilidad de estar ligada a las decisiones que esa personita tome y de las cuales voy a ser testiga los últimos años que me queden de vida. Es complejo ponderar una decisión así cuando se trata de un familiar a quien amas y a quien le deseas todo lo mejor de este mundo. Porque así amo yo a mi sobrina. Nunca la he empujado a nada, nunca le he dado a leer mis libros (los pocos que tengo), nunca hemos hablado de nada de esto. Ja...