Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2019

Ultimas y viejas posturas

Imagen
Desde que cobré conciencia de mi situación histórica como mujer, como a los 15 años, me consideré una feminista. Pero no fue así rápido; fue más bien de manera progresiva. Cuando una es joven y guapa y es consciente de las ganancias que otorga el ser agradable para los hombres, la tentación del feminismo se asoma sí, pero de manera tímida e inconstante. Si una ama a los hombres, es difícil asumir una postura totalmente radical.  Con el tiempo, las lecturas y la educación (porque la consciencia feminista se construye como cualquier realidad social) me fui percatando que adquirir conciencia de género no equivalía a despreciar a los hombres. Amé a varios hombres. Me casé con uno. Emprendí mi proyecto de vida junto a él. Me convertí en fuerte, valiente, apasionada y feliz junto a él. Pero esa felicidad no ha alcanzado a separarme de mis simpatías y solidaridades (sororidades) con las mujeres. No tendría por qué. Ser feminista no equivale a odiar a los hombres. Es más bien la asunción de

Conciencia (histórica)

Aquí y ante este mundo debo confesar que a mis 45 años especulo acerca de mi educación recibida. Revisando una tesis de grado de un maestrante en letras me hago consciente de la gran escuela que recibí de los historiadores. Nunca en toda mi trayectoria educativa (de cualquier nivel) recibí tantos buenos consejos y apasionados regaños a fin de conseguir el rigor académico necesario para elaborar con objetividad un juicio. En estos momentos en que reviso la tesis de otra persona, me doy cuenta de la asunción que un@ debe tener para consigo mismo si quiere conseguir esa lucidez panorámica que te permite ver un fenómeno literario en el tiempo. No fue en balde tanto aprendizaje. Tanta disciplina.