Rá Hyadi ra Madzänä / Sol de Media Luna/ Sunlight of the Crescent Moon
Sol
de media luna es un libro cuatrilingüe de la escritora
Rosa Maqueda Vicente. Está inspirado en la naturaleza que conforma al
ecosistema del Valle del Mezquital, región del Estado de Hidalgo, de donde es
originaria su autora.
El poemario utiliza el
lenguaje visual, y los idiomas ñañú, español e inglés con el propósito de
expandir la realidad de un espacio concreto que posee su propia singularidad y
resonancia dentro del gran mapa subterráneo que conforman las lenguas y los
pueblos originarios en nuestro país.
A través de 23 poemas, Rosa
nos demuestra cómo la lengua ñañú es un código por medio del cual es posible plasmar
toda clase de realidades y pensamientos que van desde los objetos concretos hasta
aquellos que solo son aprehensibles mediante el lenguaje simbólico de la
poesía.
¿Y de qué hablan estos
poemas? Principalmente, de la naturaleza. Contraria a la tendencia contemporánea
del lamento lírico, en esta poesía hay una gran ausencia del Yo. La
caracterizan, en cambio, profundas descripciones sobre el ecosistema y los
saberes ancestrales del Valle del Mezquital. En estas composiciones podemos
leer la presencia del nopal, la tuna, el quelite, el copal, el romero y el ixtle,
fundamentales en los rituales cotidianos de la alimentación, la fabricación de
ropas y la sanación. Asimismo, en el mapa que con sus palabras construye, aparecen
el zopilote, el maguey y la milpa.
Como si la descripción
profunda y atinada no fuera suficiente para configurar este universo, la poeta
también se ocupa del drama que caracteriza a esta tierra. Habla de su aridez y
de la espera agónica y estoica de parte de sus habitantes en su necesidad del
agua. Así, cuando describe a su padre, reconoce que el amor por su tierra se encuentra
en su mirada anhelante por la llegada de la lluvia; en la contemplación, con admirado
desosiego, de la inmensidad seca del horizonte.
Tres poemas sintetizan este
drama que produce la carencia de los recursos: Tierra de ausencias, Anhelo y
Agonía.
En estas composiciones se
nos presenta cómo el ecosistema ya descrito, que parece funcionar de manera
orgánica, también está marcado por la fatalidad de la migración. Así, en los
poemas podemos ver la ausencia del hermano que parte hacia el Norte en busca de
la conquista de sus propios sueños, pero que al irse deja al silencio como
sustituto de quien no ha de volver:
Tierra
de ausencias
Migran hacia el Norte
faz vertiginosa
de sueños y esperanzas.
Sopesando, el silencio
pábilo de velas
letárgico.
El hermano que no vuelve
hace
silencio.
Esta misma dolencia
anímica por los que se van, se puede ver en el poema Agonía:
(...) En el pueblo,
sólo zopilotes se divisan
en milpas secas
el tecolote canta
bajo la puerta
de aquel que no ha de
regresar.
Confiada en la capacidad
de las palabras para construir realidades, la poeta no duda en expresar su
voluntad en el poema Anhelo:
¡Si yo fuera viento!
Fugaz e inasible
en el hueco del cielo
arrastraría nubes
a este suelo sediento.
¡Qué fértil sería el Valle!
¡Qué lejos estaría
entonces
la partida de mi pueblo!
Sol
de media luna es el testimonio nostálgico y amoroso
sobre una tierra que existe, resiste y espera. Como un elemento que se fuga de
ese universo, la autora funge cual chamán fronterizo, iluminándonos el camino de
la comprensión de ese ecosistema. Es ella quien nos presta su lucidez como
creadora, gestora y editora. Ya que hemos sido convocados a este ritual, leamos,
para ver si entre todos logramos hacer caer el agua sobre las hojas secas.